En ciertos individuos la malevolencia no conoce límites; la calumnia tiene
siempre veneno para el que se eleve por encima de la multitud. Los
adversarios del Sr. Home han descubierto que el arma del ridículo es
demasiado frágil; en efecto, debía debilitarse contra los nombres honorables
que lo cubren con su protección.Entonces, al no poder más hacer reír a sus
expensas, han querido difamarlo. Se ha difundido el rumor –se adivina con
qué objetivo, y las malas lenguas lo repiten– que el Sr. Home no había partido
a Italia, como lo habíamos anunciado, sino que estaba en la prisión de Mazas
bajo el peso de las más graves acusaciones, que son formuladas como
anécdotas de las que los ociosos y los amantes del escándalo están siempre
ávidos. Podemos afirmar que no hay una palabra de verdad en todas esas
maquinaciones infernales. Tenemos bajo nuestros ojos varias cartas del Sr.
Home fechadas en Pisa, Roma y Nápoles, ciudad ésta donde él se encuentra en
este momento, y estamos en condiciones de dar pruebas de lo que
adelantamos. Los Espíritus tienen mucha razón al decir que los verdaderos
demonios están entre los hombres.
_______
Leemos en un periódico: «Según la Gazette des Hôpitaux (Gaceta de los
Hospitales), en este momento se cuentan, en el hospital de alienados de
Zürich, 25 personas que han perdido la razón gracias a las mesas giratorias y a
los Espíritus golpeadores.»
Para comenzar preguntamos si está bien comprobado que esos 25 alienados
deben todos la pérdida de la razón a los Espíritus golpeadores, lo que al menos
es cuestionable hasta que se tengan pruebas auténticas. Suponiendo que esos
extraños fenómenos hayan podido impresionar sensiblemente a ciertos
caracteres débiles, preguntaremos por otra parte si el miedo al diablo no ha
hecho más locos que la creencia en los Espíritus. Ahora bien, como no se
impedirá a los Espíritus de golpear, el peligro está en la creencia de que todos
los que se manifiestan son demonios. Descartad esta idea haciendo conocer la
verdad, y no se tendrá más miedo que de los fuegos fatuos; la idea de que se
está asediado por el diablo es la que realmente perturba a la razón. Además, he
aquí la contrapartida del artículo anterior. Leemos en otro periódico: «Existe
un curioso documento estadístico de las funestas consecuencias que acarrea,
entre el pueblo inglés, el hábito de la intemperancia y de los licores fuertes. En
100 individuos admitidos en el hospicio de locos de Hamwel, hay 72 cuya
alienación mental debe ser atribuida a la embriaguez.»
_______
Hemos recibido de nuestros suscriptores numerosos relatos de hechos muy
interesantes que nos apresuraremos a publicar en nuestras próximas entregas,
debido a la falta de espacio que nos impide de hacerlo en ésta.
ALLAN KARDEC