Segunda clase. ESPÍRITUS SUPERIORES – Reúnen el
conocimiento, la sabiduría y la bondad. Su lenguaje sólo refleja
benevolencia y es constantemente digno, elevado y frecuentemente
sublime. Su superioridad los hace más aptos que a los otros para
darnos las nociones más justas sobre las cosas del mundo
incorpóreo, dentro de los límites de aquello que es permitido al
hombre conocer. Se comunican de buen grado con aquellos que de
buena fe buscan la verdad y cuyas almas están lo suficientemente
desprendidas de los lazos terrestres como para comprenderla; pero
se alejan de los que solamente están animados por
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la curiosidad o a quienes la influencia de la materia desvía de la
práctica del bien.
Cuando, por excepción, encarnan en la Tierra, es para cumplir una
misión de progreso y, entonces, nos ofrecen el tipo de perfección a
la que puede aspirar la Humanidad en este mundo.