EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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31. Como hemos visto, el fluido universal es el elemento primitivo del cuerpo carnal y del periespíritu, los cuales son simples transformaciones de aquel. Por la identidad de su naturaleza, ese fluido, condensado en el periespíritu, puede ofrecer principios reparadores al cuerpo; el Espíritu, encarnado o desencarnado, es el agente propulsor que infiltra en un cuerpo deteriorado una parte de la sustancia de su envoltura fluídica. La curación se opera mediante la sustitución de una molécula nociva por otra molécula sana. El poder curativo será proporcional a la pureza de la sustancia inoculada; pero depende también de la energía de la voluntad, que provoca una emisión fluídica más abundante y otorga al fluido mayor fuerza de penetración. Depende, además, de las intenciones de quien desee realizar la cura, sea hombre o Espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente impura son como sustancias medicamentosas alteradas.