Teoría de la proyección
1. Entre todas las teorías que hacen referencia al origen de la Tierra, la que tuvo más adeptos
en los últimos tiempos fue la de Buffon, tal vez por la posición de su autor en el mundo científico, o
quizá porque no se sabía más en esa época.
Buffon observó que todos los planetas se movían en la misma dirección, es decir, de
Occidente a Oriente y en el mismo plano, y que recorrían órbitas cuya inclinación no excedía los
7,5º, deduciendo, de esa uniformidad, que debieron haber sido puestos en movimiento por la misma
causa.
Según Buffon, el Sol era la masa incandescente en fusión y supuso que un cometa lo había
embestido en forma oblicua, chocando con su superficie y logrando separar una porción de él que,
proyectada hacia el espacio por la violencia del impacto, se dividió en numerosos fragmentos. Estos
fragmentos formaron los planetas, los cuales continuaron moviéndose circularmente debido a la
combinación de las fuerzas centrípeta y centrífuga, en el sentido impreso por la dirección del
choque primitivo, es decir, en el plano de la eclíptica.
Los planetas serían partes de la sustancia incandescente que forma al Sol y, como
consecuencia, habrían sido también incandescentes ellos mismos en su origen. Tardaron en
enfriarse y consolidarse un tiempo proporcional a sus respectivos volúmenes, y cuando la
temperatura lo permitió, se originó la vida sobre sus superficies.
Como consecuencia de la disminución gradual del calor central, llegaría el día en que la
Tierra se hallaría en completo estado de enfriamiento. La masa líquida, totalmente congelada, y el
aire, cada vez más condensado, terminarían por desaparecer. El descenso de la temperatura haría
imposible la vida. Primero se produciría una disminución, y luego, la desaparición de todos los
seres organizados. El enfriamiento, iniciado en los polos, ganaría sucesivamente todas las comarcas
hasta llegar al ecuador.
Según Buffon, tal es el estado actual de la Luna, la cual, de menor tamaño que la Tierra,
sería hoy un mundo extinguido, en donde la vida está excluida. El mismo Sol correría igual suerte
algún día. Siguiendo su cálculo, la Tierra habría tardado 74.000 años aproximadamente en llegar a
su temperatura actual, y en 93.000 años más se produciría en ella el fin de la existencia de la
Naturaleza organizada.
2. La teoría de Buffon, rebatida por los nuevos descubrimientos de la ciencia, se desechó en
razón de los motivos siguientes:
1) Durante mucho tiempo se creyó que los cometas fuesen cuerpos sólidos y que su
encuentro con un planeta podía conducirlo a éste a la destrucción. De acuerdo con esta hipótesis, la
suposición de Buffon no tenía nada de improbable. Pero hoy se sabe que están formados por
materia gaseosa condensada, mas lo bastante difusa como para que se puedan percibir estrellas de
tamaño mediano a través de su zona central. En ese estado, ofrecen menos resistencia que el Sol,
razón por la cual un choque violento capaz de proyectar a lo lejos una parte de su masa es algo
imposible.
2) La naturaleza incandescente del Sol constituye otra hipótesis no confirmada hasta el
presente, incluso las observaciones parecen desmentirla. Aunque aún no se conozca enteramente su
naturaleza, la bondad de los medios de observación disponibles en la actualidad permiten estudiarla
mejor. La ciencia de hoy considera que el Sol es un globo compuesto por materia sólida, rodeado de
una atmósfera luminosa o fotosfera que no se halla en contacto con su superficie.*
3) En la época de Buffon sólo se tenía noticia de los seis planetas conocidos por los
antiguos: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. Posteriormente se descubrió un gran
número de los mismos, entre los cuales, principalmente tres, Juno, Ceres y Palas, poseen órbitas con
inclinación de 13, 10 y 34 grados respectivamente, lo que no concuerda con la hipótesis de un
movimiento de proyección único.
4) Los cálculos de Buffon sobre el enfriamiento son reconocidos completamente inexactos,
desde que Fourier descubrió la ley de decrecimiento de calor. La Tierra no necesitó 74 mil años
para llegar a su temperatura actual, sino millones de años.
5) Buffon sólo tuvo en cuenta el calor central del planeta, sin considerar al provocado por
los rayos solares. Ahora bien, se sabe hoy, gracias a hallazgos científicos de rigurosa precisión
basados en la experiencia, que en razón del espesor de la corteza terrestre el calor interno del globo
es, desde hace mucho, un componente insignificante en la temperatura registrada en la superficie
exterior. Las variaciones que sufre la atmósfera son periódicas y se deben a la acción
preponderante del calor solar (cap. VII, n.º 25). El efecto de esta causa es permanente, mientras que
el del calor central es casi o totalmente nulo. La disminución del mismo no produce modificaciones
sensibles en la superficie terrestre. Para que la Tierra sea inhabitable, a causa del enfriamiento
general, sería menester que el Sol se extinguiese. **
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* Se encontrará una disertación completa acerca de la naturaleza del Sol y de los cometas, de acuerdo a
los últimos descubrimientos de la ciencia, en la obra de Camille Flammarion. Etudes et lectures sur l ́Astronomie
(Estudios y conferencias sobre Astronomía). [N. de A. Kardec.]
** Para ampliar el tema y al respecto de la ley de decrecimiento del calor, consultar: Lettres sur les
révolutions du globe, por el doctor Bertrand, antiguos alumno de la Escuela Politécnica. Esta obra, científica
actual y escrita con sencillez y sin espíritu sectario, ofrece un estudio geológico de gran interés. [N. de A. Kardec.]