EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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99. Este fenómeno ofrece una particularidad bastante singular, y es que ciertos médiums tan sólo lo obtienen en estado de sonambulismo; y esto se explica fácilmente. Hay en el sonámbulo un desprendimiento natural, una especie de aislamiento del Espíritu y del periespíritu que debe facilitar la combinación de los fluidos necesarios. Tal es el caso de los aportes de que hemos sido testigos. Las preguntas siguientes se dirigieron al Espíritu que los produjo, pero sus respuestas se resienten alguna vez por su insuficiencia; las hemos sometido al Espíritu Erasto, mucho más ilustrado desde el punto de vista teórico, quien las ha completado con observaciones muy juiciosas. El uno es el artesano, el otro el sabio, y la misma comparación de estas dos inteligencias es un estudio instructivo, porque prueba que no basta ser Espíritu para comprenderlo todo.


1. Os ruego nos digáis ¿por qué los aportes que hacéis solo se producen en el sueño magnético del médium? Esto proviene de la naturaleza del médium; los hechos que yo produzco cuando el mío está dormido, podría igualmente producirlos en estado de vigilia con otro médium.


2. ¿Por qué hacéis esperar tan largo tiempo el aporte de los objetos y por qué excitáis la codicia del médium, irritando su deseo de obtener el objeto prometido? Este tiempo me es necesario a fin de preparar los fluidos que sirven para el aporte; en cuanto a la excitación, a veces solo es para divertir a las personas presentes y a la sonámbula.


Observación de Erasto. – El Espíritu que ha contestado no sabía más; no se da cuenta del motivo de esta ansiedad que le aguijonea instintivamente sin comprender el efecto; cree divertir, mientras que en realidad provoca sin pensarlo mayor emisión de fluido; ésta es la consecuencia de la dificultad que presenta el fenómeno, dificultad siempre más grande cuando no es espontánea, sobre todo con ciertos médiums.


3. ¿La producción del fenómeno tiende a la naturaleza especial del médium o podría producirse por otros médiums con más facilidad y prontitud? La producción tiende a la naturaleza especial del médium y solo puede producirse con naturalezas correspondientes; pera la prontitud, la costumbre que adquirimos, correspondiendo a menudo con el mismo médium nos es de gran utilidad.


4. La influencia de las personas presentes ¿contribuye en algo? Cuando hay incredulidad y oposición se nos puede molestar mucho; mejor queremos hacer nuestras pruebas con creyentes y personas versadas en el Espiritismo; pero no quiero decir por eso que la mala voluntad pueda paralizarnos completamente.


5. ¿Dónde habéis ido a tomar las flores y los confites que habéis traído? En los jardines tomo las flores que me gustan.


6. ¿Y los confites? ¿El confitero se habrá apercibido de que le faltaban? Yo los tomo donde quiero; el confitero no lo ha notado porque he puesto otros en su lugar.


7. Pero los anillos tienen un valor, ¿en dónde los habéis cogido? ¿Acaso habéis causado algún daño al que se los habéis tomado? Las he tomado en parajes desconocidos para todos y de manera que nadie pueda experimentar ningún perjuicio.


Observación de Erasto. – Creo que el hecho está explicado de una manera insuficiente en razón de la capacidad del Espíritu que ha respondido. Sí; puede haber en eso un mal real de causa, pero el Espíritu no ha querido pasar por haber tomado alguna cosa. Un objeto no puede ser reemplazado sino por un objeto idéntico, de la misma forma, del mismo valor; consecuentemente, si un espíritu tenía la facultad de substituir un objeto semejante por aquel que toma, no tendría razón para tomarlo, y debería dar aquel que sirve para substituirlo.


8. ¿Es posible el traer flores de otro planeta? No, esto no me es posible. (A Erasto). ¿Otros Espíritus tendrían este poder? No, esto no es posible, en razón de la diferencia de los centros ambientes.


9. ¿Podríais traer flores de otro hemísferio, de los trópicos, por ejemplo? Desde el momento que estén sobre la Tierra, puedo.


10. Los objetos que habéis traído ¿podríais hacerlos desaparecer y llevároslos? Del mismo modo que los he hecho venir puedo llevarlos por mi voluntad.


11. ¿La producción del fenómeno de los aportes os causa alguna dificultad, algún embarazo? No nos causa ninguna dificultad, cuando tenemos el permiso; podría causárnoslos muy grandes si quisiéramos producir estos efectos sin estar autorizados para eso.


Observación de Erasto. – No quiere confesar su dificultad aunque sea real, puesto que está forzado a hacer una operación, por decirlo así, material.


12. ¿Cuáles son las dificultades que encontráis? Ninguna otra sino malas disposiciones fluídicas que pueden sernos contrarias.


13. ¿Cómo traéis el objeto? ¿lo cogéis con las manos? No; lo envolvemos en nosotros mismos.


Observación de Erasto. – No explica claramente su operación, porque no envuelve el objeto con su propia personalidad; pero como su fluido personal es dilatable, penetrable y expansible, combina una parte de este fluido con una parte del fluido animalizado del médium, y en esta combinación oculta y transporta el objeto causa del aporte. No está, pues, en lo justo al decir que lo envuelve en sí mismo.


14. ¿Aportaríais con la misma facilidad un objeto de un peso considerable, de 50 kilogramos, por ejemplo? El peso nada tiene que ver para nosotros; aportamos flores porque pueden ser más agradables que un peso voluminoso.


Observación de Erasto. – Justamente: puede aportar 100 ó 200 kilogramos en objetos, porque el peso que existe para vosotros es nulo para él, pero tampoco en esto se sabe dar cuenta de lo que pasa. La masa de los fluidos combinados es proporcionada a la masa de los objetos; en una palabra, la fuerza debe estar en razón de la resistencia; de donde se sigue que si el Espíritu sólo aporta una flor o un objeto ligero es porque muchas veces no encuentra en el médium o en sí mismo los elementos necesarios para un esfuerzo más considerable.


15. ¿Hay algunas veces desapariciones de objetos cuya causa se ignora, y que serían obra de los Espíritus? Esto acontece muy a menudo, más a menudo de lo que pensáis, y podría remediarse rogando al Espíritu que vuelva a traer el objeto desaparecido.


Observación de Erasto. – Esto es verdad; pero algunas veces lo que ha sido quitado es bien quitado; porque hay objetos que no vuelven a encontrarse en casa, que frecuentemente se llevan muy lejos. Sin embargo, como el sacar los objetos exige casi las mismas condiciones fluídicas que los aportes no puede tener lugar sino con ayuda de médiums dotados de facultades especiales; así es que cuando alguna cosa desaparece, hay más probabilidad de que sea la consecuencia de vuestro aturdimiento que obra de los Espíritus.


16. ¿Hay efectos que se miran como fenómenos naturales, y que se deben a la acción de ciertos Espíritus? Vuestros días están llenos de estos hechos que no comprendéis, porque no os habéis ocupado de ellos, pero con un poco de reflexión lo veríais claramente.


Observación de Erasto. – No atribuyáis a los Espíritus lo que es la obra de la Humanidad; pero creed en su influencia oculta constante, que hace nacer alrededor de vosotros mil circunstancias, mil incidentes necesarios para el cumplimiento de vuestros actos, de vuestra existencia.


17. Entre los objetos aportados ¿los hay que pueden ser fabricados por los Espíritus, esto es, producidos espontáneamente por las modificaciones que los Espíritus pueden hacer sufrir al fluido o al elemento universal? Para mí no, porque no tengo el permiso; sólo lo puede un Espíritu elevado.


18. ¿Cómo habéis introducido el otro día estos objetos, puesto que la habitación estaba cerrada? Los he hecho entrar conmigo envueltos, por decirlo así, en mi sustancia; para vosotros esto no tiene más explicación.


19. ¿Cómo habéis hecho volver visibles estos objetos que eran invisibles un instante antes? He quitado la materia que los envolvía.


Observación de Erasto. – No es la materia propiamente dicha la que los envuelve, sino un fluido tomado la mitad del periespíritu del médium, la otra mitad del de el Espíritu que opera.


20. (A Erasto). ¿Un objeto puede ser aportado a un paraje perfectamente cerrado, en una palabra, el Espíritu puede espiritualizar un objeto material, de manera que pueda penetrar la materia? Esta cuestión es compleja. Para los objetos aportados, el Espíritu puede hacerlos invisibles pero no penetrables; él no puede romper la agregación de la materia, lo que sería la destrucción del objeto. Este objeto hecho invisible puede traerlo cuando quiere y no desprenderse de él sino en el momento conveniente para hacerle aparecer. En cuando a los objetos que nosotros componemos, es otra cosa; como no introducimos sino los elementos de la materia, y que estos elementos son esencialmente penetrables, puesto que nosotros mismos penetramos y atravesamos los cuerpos más condensados, con tanta facilidad como los rayos solares atraviesan las vidrieras, podemos perfectamente decir que hemos introducido el objeto en un paraje por cerrado que sea; pero es solamente en este caso.

Nota. – Véase más adelante la teoría de la formación espontánea de los objetos, el cap. Titulado “Laboratorio del mundo invisible”.